Entrevista a Daniel Krauze

Un viaje volcánico al origen

Se trata de su tercera obra y primera novela, que hereda el oficio escritural familia y que acepta gustosamente, a pesar de sus intentos por convertirse en director de cine. Fallas de origen fue la ganadora del Premio Letras Nuevas Plumas 2012 con un protagonista que guarda muchas similitudes con su propia vida, cuando Daniel Krauze estuvo hasta poco tiempo viviendo en Estados Unidos y estudiando Escritura dramática en la Universidad de Nueva York.

La novela arranca con "el personaje en Estados Unidos, hasta donde ha ido a buscar a su padre biológico, en tanto su padre adoptivo, un mexicano de Veracruz, del México profundo, está muriendo. Ello obliga al protagonista a terminar con su autoexilio para regresar a México e intentar reinvolucrarse con el mundo del cual salió huyendo y del cual nunca ha sido enteramente parte: un México complejo, áspero, inhóspito, con amigos corruptos, drogadictos...". Un relato que contiene muchos elementos que el mismo Krauze confiesa que vivió en su propio regreso a su país natal. "Yo, al igual que el personaje, viví en Nueva York. Había regresado a México, como él, y también me encontré con un México que me recibía con los brazos cruzados, en tanto yo venía con los brazos abiertos, me topaba con un país más difícil, violento e indigesto...regresando a la frase con la que empieza el relato: Todos traicionamos la promesa de nuestro mejor destino...sentía que el país lo estaba haciendo, que la gente que me rodeaba y me quería, también lo estaba haciendo, y que yo yambién lo hacía. Los libros, a veces, parten de cosas que nos incomodan, que nos duelen y en Fallas de origen hay, no una, sino muchísimas cosas que me molestan o me molestaban".

La destacada escritora chilena, Andrea Jeftanovic, la resume así: "Una enervante carrera de autos de la primera a la última página sentencia el recorrido al abismo. Una narración on the road mexicana. Palabras en un chilango fresa que parecemos escuchar más que leer. Ritmo frenético de días y noches entre la ciudad de México y Nueva York. Honestidad a caudales. Narrar sin tregua las grietas familiares y las de la propia generación. Leer escuchando la respiración agitada del narrador".

UN VÍA CRUCIS

La novela transcurre desde un jueves hasta un domingo, como la Semana Santa cristiana en la que el personaje sufre la muerte del padre y también la muerte de parte de su propia vida. "La decisión de que transcurriera solo en cuatro días, fue para forzarme a no extenderme demasiado y a que todo transcurriera en esos cuatro días".

En el relato también hay guiños con la naturaleza, al punto que el personaje se enfrenta a uno de los símbolos geográficos más importantes de Ciudad de México: "En los momentos en los que iniciaba la escritura de la novela, me encontraba haciendo un reportaje sobre los dos volcanes más importantes del DF y que tienen muchos signos antropomórficos: el Popocatéptl, que parece un hombre hincado y el Iztaccíhuatl, que tiene forma de mujer (del náhuatl, 'mujer blanca' o 'mujer dormida').Entre la cuna de ambos volcanes, está el Paso de Cortés, por donde pasó el Conquistador de México, Hernán Cortés, que destruyó México, y por donde también pasa el personaje a destruir parte de su propia vida". Además, los volcanes "me daban elementos semióticos, cuando Matías, el protagonista, es una suerte de volcán en actividad".

Escuche la entrevista completa de Vivian Lavín al narrador mexicano.