Entrevista a Sergio Toledo

El mapa de la distribución de libros en Chile

Vivian Lavín conversó con Sergio Toledo, gerente comercial de Liberalia Ediciones, quien nos contó detalles de la distribución editorial en nuestro país.

Hay quienes generalmente se preguntan por qué yo he tenido que buscar tanto este libro y he tenido que ir a esta librería y la otra y no lo encuentro o por qué en las librerías nos encontramos, prácticamente, con los mismos libros. Por eso está acá Sergio Toledo, quien es parte de Liberalia Ediciones donde se encargan de distribuir. También, por cierto, es editor.

Sergio, háblame de la distribución. Para quien no entiende absolutamente nada. ¿Cómo se explica la distribución de los libros en nuestro país? ¿Cuáles son esos grandes pilares o cadenas? ¿Cómo es el mapa de la distribución de los libros en Chile?

Bueno, la distribución, primero que todo, es parte del eslabón comercial de un libro. Es, quizás, la última fase de todo el proceso una vez que es concebido el libro. el autor llega con su libro a la editorial, luego el editor le dice sí, no o qué sé yo, lo publican y luego viene la acción comercial y ahí, dentro de todo aquello, está la distribución, para ver las formas de hacerlo llegar a distintos lugares, a distintos sitios, ya sea librerías, por una parte, pero también hay otros canales como bibliotecas públicas, bibliotecas escolares. Hay distintas formas de hablar de la distribución del producto libro.

Para la mayoría de las personas son dos: primero están las bibliotecas, las principales, que serían las bibliotecas públicas, y las librerías. Vamos a estos dos núcleos que absorben los libros. ¿Cómo llega un libro a una librería? ¿Uno va y se lo entrega a la librería? ¿Qué pasa?

Hay distintas fórmulas. En Chile, en particular, se utilizan dos modelos. Uno es la consignación, que es el mayoritario, en donde tú le llevas el libro al librero, previo acuerdo evidentemente.

¿Y ellos pueden decir: “No, no me interesa ente libro”?

Exactamente.

¿Y eso es muy habitual, me imagino?

En algunos casos sí, es muy habitual, sobre todo para algunas editoriales más pequeñas es un poco más complejo el tema de la distribución pero, volviendo a la pregunta, previo acuerdo con el librero tú le llevas el libro, se lo entregas y lo depositas ahí en consignación, que es una especie de búsqueda de vitrina. No es que tú le hayas vendido el libro al librero sino que solamente se lo dejaste ahí en depósito para que él vea la posibilidad de venderlo, de ubicarlo ya sea en uno de los anaqueles o en la vitrina. Esa es una. Y luego, la otra, es que sea vendido a la librería.

¿Y eso es menos habitual?

Es menos habitual. Muy pocos libros en Chile son comprados directamente con el librero.

Las bibliotecas públicas, ellas compran.

Pero eso es otra forma. Las bibliotecas públicas dependen del presupuesto de la Nación y ahí ellos compran, efectivamente, los libros para ubicarlos en sus bibliotecas.

Y las compras del Estado, ya sabemos, han ido aumentando de manera importante y son una de las razones por las cuales se mantienen muchas editoriales y por eso tenemos esta cantidad enorme de editoriales.

Yo creo que hay varias razones por las cuales hoy día tenemos mayor cantidad de editoriales presentes en la escena nacional. Políticas públicas, evidentemente, que hace 20, 25 años atrás se han venido desarrollando en el país y que han ido permitiendo, lentamente, ir aumentando ese capital cultural que tienen estas nuevas editoriales, ya sea a través de, por ejemplo, el desarrollo de bibliotecas de aula en las escuelas, desarrollo de Centros de Recursos del Aprendizaje, como bibliotecas CRA, que casi llegan a diez mil a nivel país. Y luego, todo lo que significa el desarrollo de bibliotecas públicas propiamente tal de la mano de la DIBAM y ahí también hay que destacar, justamente, el esfuerzo que ha hecho el Estado por ir creciendo, lentamente pero creciendo, con una dotación de bibliotecas que ha ido copando todo el país, pasando de 300 bibliotecas a 450 hoy, recuperando algunas que estaban un poco perdidas. Y, por otro lado, dentro de las bibliotecas públicas, tenemos el programa Bibliometro. Exitoso programa que tiene una cobertura muy amplia y que inclusive ha sido exportado a otros países.

Sergio, me gustaría que pudieras explicar un poco el precio del libro, cómo se va dando, porque yo creo que no es fácil entenderlo y es lo que explica, finalmente, los altísimos valores de los libros en Chile.

El precio se va incrementando a medida que van aumentando la cantidad de interlocutores en este proceso de comercialización del producto. Sí, el costo inicial de un libro no necesariamente solo es la impresión del mismo, sino que también…

… la diagramación, el diseñador, la foto de la portada…

Hay muchos profesionales que están incorporados dentro de todo ese proceso y, evidentemente, hay que asignarles su valor. Luego, una vez que tenemos el producto ya terminado, vamos incorporándole otros valores relacionados, ya sea el distribuidor en este caso, que tiene un porcentaje de la comercialización, luego la librería que también tiene un porcentaje no menor en este país. Por ejemplo, en promedio debería estar en un 40 por ciento de margen con lo cual ellos solventan…

¿Cuánto es en España?

En España tenemos porcentajes de 25 pero hay de todo.

¿Pero no llegan a los 40 como es en Chile?

Sí, también pero en España el modelo es muy distinto porque ellos trabajan, efectivamente, con una cadena de distribución que se respeta. El editor no va directamente a la librería sino que pasa por una distribuidora. El editor le entrega a la distribuidora y la distribuidora es la que se encarga de llegar a todas las librerías y luego la librería es, efectivamente, la que le vende al público. Y hay una política de precios que también es interesante.

¿El precio fijo, no?

El precio fijo, que aquí en Chile no se da.

Claro, por eso tenemos diferencias que a veces son casi ridículas. Un libro puede costar casi el doble entre un lado y otro.

Sí, hay diferencias. Un mismo título puede estar con dos precios distintos depende de quién lo haya traído al país, por ejemplo. Esa diferencia abismal se da sobre todo en los libros importados.

Y luego, después de ese 40 por ciento, viene el IVA que es un 20 más.

19.

De modo que tenemos un libro que se va encareciendo demasiado pero, a pesar de todo eso, el libro chileno sigue siendo el más barato ¿no?

Sí. A medida que ha pasado el tiempo y que se ha ido incorporando una masa crítica mayor a la lectura en este país… porque eso hay que decirlo también, o sea, desde mi perspectiva, de lo que he podido ver y lo que he podido constatar con colegas del medio editorial, es que hoy en Chile se están vendido más libros, se está leyendo un poco más, la prestación de libros en bibliotecas también ha aumentado y eso es un fenómeno de estos últimos tres o cuatro años. Entonces, nosotros hoy día estamos constatando que, efectivamente, ha habido un crecimiento en la lectura, ha habido un crecimiento, también, en la distribución de libros porque hoy día tenemos, por ejemplo, librerías que vienen desde Arica a Punta Arenas, hace algún tiempo atrás no teníamos librerías en Arica, hace algún tiempo atrás no teníamos librerías en Calama, ni en Antofagasta. Hoy sí tenemos librerías en todos esos sitios. Por ejemplo, hoy día tenemos librerías en Osorno, en Valdivia. Habían muy poquitas en esas zonas y, hoy día, se han ido incorporando otras nuevas librerías por lo cual tenemos la posibilidad de llegar a más puntos de venta y eso puede significar, por ejemplo, que una editorial pueda tomar la determinación, al momento de editar y publicar un libro, de no solo hacer 100 ejemplares, no solo hacer 300 como sucedía hace diez años atrás. Hoy podrían aventurarse algunas inclusive, bajo el nuevo estadio, a hacer mil ejemplares con lo cual el costo de producción de un libro baja considerablemente.

Bueno, pero sigue siendo un problema el hecho de que tienen que imprimir todo acá en Santiago y eso también encarece.

Sí pero tenemos buenas imprentas en Concepción, tenemos buenas imprentas en Valparaíso.

Claro, pero no en Puerto Montt, por ejemplo.

Sí, no en Puerto Montt. Lamentablemente está muy concentrado en ese sentido también.

Ahora ¿cuál es la parte más difícil de la distribución?

Lo más complejo, diría yo, es intentar instalar un título en las librerías y que ese título gane vitrina considerando la gran cantidad de títulos que hoy día se están publicando en el país y que, además, están llegando al país desde España, Argentina, México y Colombia. Entonces, ganar un espacio en nuestras librerías hoy, es complejo. No es tan sencillo.