Entrevista a Su-young Kim, presidente de KPIPA:

Corea del Sur: una historia editorial antigua

A este lado del mundo, resulta difícil entender el lugar que ha ocupado el libro en la sociedad sudcoreana a partir de la década del 50. Después del término de la Guerra de Corea, en el año 1953, ambas naciones quedaron prácticamente destruidas por el asedio enemigo y han seguido desde entonces derroteros muy diferentes. Mientras en la del Norte apenas sabemos lo que hacen, en la segunda se aprecia con claridad que el libro y la lectura son parte de la ecuación de prosperidad que tiene a Corea entre los países más profesionalizados y ricos del planeta. Pero no hay que engañarse, la tradición editorial la tienen desde antiguo, con las impresiones en metal más antiguas del mundo. Por lo que no se trata de una tendencia reciente, sino que de una tradición editorial acuñada en el centro de su cultura. En estos momentos, se desarrolla en Buenos Aires la Feria del libro Coreano en América Latina 2019. Conversamos con Su-young Kim, quien de manera exclusiva desde Seúl, entrega las claves que permiten comprender el "milagro editorial coreano" y la importancia de su estrategia de penetración en el mercado latinoamericano.

Corea del Sur pasó de la pobreza de una sociedad campesina a convertirse en una de las ocho economías del mundo. Un crecimiento explosivo de la mano de la tecnología y la producción manufacturera. Pero en el centro de todo ese crecimiento está el libro. No solo como un objeto de divertimento sino que sobre todo, como una herramienta educativa. De esta manera es que el libro se convirtió en un objeto esencial de una sociedad cuyo nivel de profesionalización supera el 90 por ciento.

La creación de un órgano que se encargara de fortalecer a la industria editorial en toda su cadena productiva fue el punto de inflexión para que Corea del Sur exhiba hoy un panorama que envidiable y ejemplar.

Entre el 28 y 29 de agosto se ha desarrollado en Buenos Aires, Argentina, la Feria del Libro Coreano en América Latina 2019.

Conversamos con el presidente de la Agencia de Publicación y Promoción Editorial de Corea, Su-young Kim, quien de manera exclusiva en Seúl para darnos las claves que permitan comprender el "milagro editorial coreano" y la importancia de su estrategia de penetración en el mercado latinoamericano. 

¿Cómo y cuándo se dieron las condiciones para que en Korea el libro accediera a un status tan elevado y especial dentro de la sociedad?

Gutemberg creó la imprenta y con ella el primer libro en 1455. Esa fue la Biblia y ha sido reconocida como la primera publicación en la historia de la humanidad. Pero Corea se adelantó más de 70 años y cuenta con las impresiones en metal más antiguas del mundo, llamadas "jikji". De modo que nuestra historia editorial es muy antigua. Dicho esto y ya en el siglo XX, Corea del Sur ha crecido y se ha desarrollado especialmente, a partir de la década de 1960. En los años 80, Corea ya estaba dentro de los 10 países con la mejor industria editorial del mundo y con una producción de libros y ventas que superaban el millón de copias. El tamaño del mercado editorial coreano se ha expandido tanto que la cantidad de libros, series y autores vendidos suman más de 10 millones de copias anualmente. Los coreanos aprecian la importancia de los libros y entienden que ha desempeñado un papel importante en la consolidación democrática de nuestro país. Los intelectuales han sido piezas clave de la industria, como autores, editores o impresores de libros. Por supuesto que el libro es también una herramienta esencial de la transmisión del conocimiento humano. Hoy, las publicaciones se están expandiendo a varios géneros como películas, juegos, etc., especialmente en Corea, pero el libro, como fuente de conocimiento y desde el punto de vista industrial, es cada vez más importante.

¿Cómo nace la Agencia de Promoción de la Industria Editorial de Corea (KPIPA) y de qué manera se sustenta en el aspecto económico? ¿A cuanto asciende el presupuesto anual para el desarrollo de su misión?

Esta institución nace en respuesta a los cambios en el libro de papel y en el entorno digital causados por la publicación electrónica, y la globalización del mercado editorial. Así, surgió en Corea la necesidad de crear una organización de promoción de publicaciones para promover la cultura de la industria editorial de manera integral y sistemática. El Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo desarrolló una serie de investigaciones, consultas públicas y reuniones en torno a la industria editorial que culminó con la creación, en julio de 2012, de la Agencia de Promoción de la Industria Editorial de Corea, KPIPA. Desde entonces, estamos llevando a cabo funciones integrales para respaldar la expansión en el mercado extranjero, activar la producción, avanzar en la distribución, formar mano de obra profesional, promover la demanda y la cultura de la industria editorial. Nuestra agencia es estatal, por tanto es administrada y financiada por el gobierno coreano. El presupuesto promedio de los últimos tres años es de más de 35 millones de dólares y creemos que se incrementará este 2019.

El desarrollo de KPIPA se ha hecho sobre la base de cuatro pilares fundamentales: la creación de demanda y distribución; la vitalización de publicaciones; el fortalecimiento de emprendimientos pequeños y medianos y la construcción de una infraestructura y desarrollo continuo de industria editorial ¿Cómo logran que haya un equilibrio entre cada uno de estos aspectos? ¿Podría usted decir que son un caso de éxito? ¿Qué cifras avalan el trabajo que han desarrollado?

La misión de la industria editorial coreana es crear espacios para que toda la población especialemente, los estudiantes y personas marginadas, puedan tener acceso a los libros y a la lectura. También cumplimos un rol fiscalizador para evitar actos que están prohibidos por la ley, como descuentos ilegales en los precios de los libros. Nuestra tarea es promover la producción de excelentes contenidos editoriales. Estamos revisando permanentemente manuscritos y propuestas para apoyar el costo del proyecto y que pueda publicarse como un libro. Existen muchos ejemplos que nos enorgullecen, pero por la falta de tiempo, solo mencionaré el que ha desarrollado KPIPA con las editoriales pequeñas. Buscamos un equilibrio de nuestro mercado editorial y lo hacemos apoyando el crecimiento de toda la industria. Lo primero es la educación, porque el estilo y el gusto de los lectores va evolucionando día a día y el deber de las editoriales es saber captar, entender y ofrecer libros que satisfagan a los lectores. Esto requiere mucho esfuerzo y capacitación. Por esta razón, KPIPA cuenta con un Centro de Formación y Capacitación para las personas que estén interesadas en el rubro editorial y les ofrece cursos sobre: marketing, edición, planificación, entre otros, para que las editoriales puedan luego contratar a profesionales preparados. Además, sobre la base del presupuesto gubernamental, creamos y mejoramos los sistemas de canales de distribución , tanto en hardware como sofware, para facilitar, por ejemplo, las estadísticas sobre la compra y venta de libros o estandarizar los sistemas para facilitar y simplicar los procesos de distribución.

Esta agencia cuenta con otros "socios estratégicos" dentro de la industria editorial koreana, como la Cámara del Libro, el Instituto de Traducción de Literatura koreana o el complejo industrial editorial en Paju, the Bookcity o "ciudad de los libros"... ¿De qué manera se relacionan?

La Agencia de Promoción de la Industria de Publicaciones de Corea, KPIPA, se relaciona con todos los actores de la industria. Entre ellas, la Asociación de Editores de Corea, KPA, que es una organización privada que cuenta con muchos miembros y que está centrada en la publicación. Otro actor relevante es el Instituto de Traducción de Literatura Coreana, LTI, que depende del Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo. Su misión es proporcionar asistencia a la traducción de modo de permitir que excelentes libros coreanos puedan ser traducidos y que ingresen al mercado extranjero. La Agencia de Literatura Coreana está estableciendo una base para exportar excelentes libros coreanos al extranjero. Muchas organizaciones privadas relacionadas con la industria comparten información con instituciones públicas, cooperando con la industria editorial en Corea para que pueda desarrollarse y ser más activa. Trabajamos coodinados de modo evitar la redundancia en el trabajo, ya que somos varias intituciones públicas y privadas que somos parte de la industria editorial.

¿Qué estrategias han desarrollado para que la industria editorial nacional no haya sido sobrepasada por los grandes grupos editoriales?

Según los últimos informe, el número de empresas editoriales ha aumentado de manera considerable en Corea, más de un 30%. Estamos expandiendo nuestra política de apoyo para las pequeñas editoriales. En los últimos años, otra institución pública, como la Agencia de Internet y Seguridad de Corea, KISA, ha colaborado en proyectos para el autodesarrollo de los editores, apoyándolos en la compra de software. También hay un programa de apoyo a la creación de contenido para las empresas editoriales. KISA también desarrollará una variedad de empresas editoriales, pequeñas y medianas para asegurar la diversidad de publicaciones. Y además existe otro tipo de apoyo como el que da el gobierno al comprar los libros nacionales de las pequeñas y grandes editoriales con el fin de apoyar el crecimiento de la industria editorial del país.

 

Vivian Lavín A.

18 de junio de 2019