Entrevista a Sunme Yoon:

La descubridora de Han Kang y su compromiso con los DDHH

Es coreana de nacimiento pero argentina por adopción. Quería enseñar el idioma castellano hasta que supo que lo suyo era la traducción. Así fue cómo descubrió a la más internacional autora coreana contemporánea, Han Kang, no solo para nuestra lengua sino que para el mundo occidental. Su compromiso con los derechos humanos lo volcó en la traducción de El hombre del desván (Hwarang, 2022) y su talento y conocimiento de este arte de la reescritura del coreano al castellano, lo comparte como profesora titular del Instituto de Traducción de Literatura Coreana en Seúl.   La periodista Vivian Lavín conversa con la traductora y académica del LTI-Korea Sunme Yoon, en la capital de Corea del Sur.

A los cinco años emigró junto a su familia a Argentina. Allí vivió su infancia y juventud. Regresó a su natal Seúl siendo una adulta y bajo el brazo con destacados diplomas, como
egresada en Letras de la Universidad de Buenos Aires, Argentina y doctora en Literatura Medieval Española en la Universidad Complutense de Madrid.

Sunme Yoon ha sido un eslabón importante en la exportación cultural que ha desarrollado Corea con tanto éxito. Como traductora, fue la primera en descubrir a la autora Han Kang para occidente.

"Como todo coreano medio vivimos esto con sorpresa y estupor. La misma sorpresa que tendría otra persona en el mundo. ¿Cómo Corea? ¿Por qué? Los propios coreanos no lo piensan. Por supuesto que vemos todos los días en las noticias de cómo el K-Pop en determinado país, cuántos fans de las cosas que pasan, que Argentina declaró el día del Kimchi... y nos preguntamos y me preguntas ¿por qué? No sé hasta dónde remontarme pero los libros más antiguos de Historia de China, más de mil años atrás, cuando describen al pueblo coreano lo describen como "un pueblo amante de la música, del baile y de la canción". Y tiene mucho que ver. El coreano medio canta de una manera maravillosa, no es mi caso, pero cualquier coreano canta bien, afinan todos muy bien. Son todos muy buenos cantantes. Así como está la cultura del Karaoke en Japón, en Corea también existe la cultura del 'norebang'. La gente no va a bailar, sí a tomar y a cantar. Y después respecto de las historias, desde que existe la Radio, en Corea, existían las radionovelas y después las telenovelas, siempre hubo dramas. De modo que esto no es algo nuevo. Esto es lo nuevo que se exporta, más aún con la pandemia y el Netflix. Los años 50 y 60, el cine coreano era un cine nacional importante. La gente era muy aficionada al cine y para sacar entradas eran largas colas. De modo que hay una cultura del espectáculo y del cine de muchos años. Por ejemplo, en Chile o Argentina, cada canal de Televisión hace una producción al año. Acá en Corea, hay dramas a toda hora: por la mañana, a media tarde, por la noche... Cada canal, incluso los de cable, produce al menos unos cinco o seis dramas... y ahora, por las nuevas plataformas. De modo que el coreano ha estado acostumbrado a ver y consumir telenovelas de mucha variedad y de mucha calidad. No son las típicas novelas latinoamericanas amorosas, con el rico y la chica pobre que sí existen, pero también están los históricos, los de ciencia ficción, cómicos, de terror... una multitud de géneros y de variedad impresionante. Imposible verlos todos. Creo que nadie en Corea puede decir que no las vea, porque basta empezar a ver y te enganchas con todas".

¿Cómo se dio ese paso de leer literatura medieval a traducir literatura contemporánea?
Siempre me gustó leer muchísimo. Desde pequeña, recuerdo que el primer libro me lo compró mi papá en esas largas vacaciones de verano que en Chile o Argentina son larguísimas, y recuerdo que me trajo Robinson Crusoe. Recuerdo que leer ese libro me llevó un mes, porque tenía términos marinos, pero después de eso, devoraba los libros. Y mi papá me compraba millones de libros. Cuando más leí en mi vida fue cuando estaba en la primaria. Y en la secundaria, después por el estudio y la Universidad siempre estuve leyendo. Yo estudié para enseñar literatura española en las universidades. Lo que pasa es que me encontré con la barrera del idioma, el coreano, que yo no lo manejaba tan bien en esa época. Y di algunas clases de enseñanza del español como idioma y me aburría muchísimo. Y al poco tiempo de llegar a Corea, me pidieron ser co traductora de una selección de poemas. De modo que mi primera traducción fue de poesía. Me encantó la experiencia y a partir de ahí empecé a pedir los subsidios de traducción yo sola y ya llevo 20 años, y no he parado desde entonces. Al final, dejé la enseñanza del español y me dedico solamente a traducir y a enseñar traducción a alumnos como yo, de origen nativo de habla española que quieren traducir literatura coreana. Son chicos que aprenden coreano y literatura coreana para traducirlos al español.

¿Cómo llegaste a traducir a Han Kang?
Con ella tengo una relación muy especial. En coreano, hay una palabra se describe como "lazo o destino" que te une a una persona aun antes de nacer. Yo creo que algo de eso tengo con ella. La vegetariana es un libro muy antiguo. Salió en Corea en el año 2007, y para entonces, la sociedad coreana no estaba preparada para un libro como ese y no tuvo mucha repercusión ni buena acogida. Cuando la leí, ya al terminar el primer capítulo sentí que debía traducirlo. La traduje sin conocerla. Solo con el subsidio del LTI. Se publicó en Buenos Aires en la editorial Bajo La Luna el 2012. La invitaron a la Feria del Libro de Buenos Aires el 2012 y se encontró con un auditorio totalmente lleno y la tirada agotada. Al regreso de Argentina, se contactó conmigo y así empecé a traducirle toda su obra: Actos Humanos, Blanco, La clase de griego y la última, No me olvido.

Y, ¿cómo llegó al inglés hasta el Booker Prize?
Con toda humildad, debo decir que a Han Kang la he descubierto yo para el mundo occidental. Porque cuando la traduje al español, no había sido traducida a ninguna lengua occidental, solamente al japonés. De modo que la traducción al español, fue la primera salida al mundo occidental. Y el Man Booker Prize vino cinco años después.

Hablemos de la lengua coreana y el hangul.
Lo que caracteriza a un pueblo es el idioma, por eso los japoneses, los chinos y los coreanos somos tres pueblos diferentes, aunque siempre piensan que somos todos lo mismo. Los tres idiomas y las tres escrituras son muy diferentes. No entiendes ni una palabra de uno del otro. Milenariamente, la escritura china ha sido la escritura común de toda Asia con los ideogramas. La escritura coreana o hangul es la única escritura del mundo que tiene fecha exacta de invención y fue inventada por un rey y un grupo de lingüistas, en el siglo XV, en el año 1443. Lo que hicieron fue crear una escritura que fuese además, alfabética. Porque la escritura china no es alfabética. Cada palabra tiene un ideograma... imagínate lo que es aprender las más de 10 mil o más palabras de esa lengua. Cada palabra del chino tiene su representación simbólica. Por eso en toda Asia solo los muy letrados sabían escribir. El resto de las clases sociales, comerciantes o campesinos, por mucha cabeza que tuvieran, no tenían el tiempo para dedicarse a escribir. Entonces el gran rey sabio de Corea, el rey Sejong o el Seyong el Grande de Corea, decidió crear una escritura alfabética, donde cada letra es un sonido, igual como es el alfabeto latino. Entonces, el hangul es una escritura muy científica porque la representación de las letras representa la forma de la cavidad bucal cuando pronuncias esa letra. La "eme", por ejemplo, para pronunciarla tienes que cerrar toda la cavidad bucal, entonces se representa con un cuadrado totalmente cerrado, en cambio cuando pronuncias una "ene", pones la lengua arriba y por eso es una ele acostada, porque está la mitad de la boca permanece abierta. Todas las letras tienen este tipo de explicación. Por eso es muy fácil de aprender: en una mañana puedes aprender el alfabeto perfectamente, y aunque no sepas una palabra de coreano puedes aprender a leer coreano.

Hoy, Sunme Yoon es profesora titular de la Academia de Traducción del Instituto de Traducción de Literatura Coreana, un organismo público que depende del Ministerio de Educación de Corea destinado exclusivamente a promover la traducción de la literatura coreana mediante distintos programas de subsidio para traducir y para publicar literatura coreana. Y no es el único que lo hace. También está el KPIPA subsidia todo tipo de publicaciones, sean literarios o no literarios. Y también hay una Fundación privada que es la librería Kyobo, una de las más grandes de Corea, que subsidia traducciones y publicaciones.

Hablemos de El hombre en desván de la autora Cheong Un-yeong basado en un torturador de la literatura coreana.
La década de los 70 y 80 se caracterizó en América Latina y en todo el mundo por las dictaduras militares donde se cometieron las mismas atrocidades contra los Derechos Humanos. Y quería traducir algo sobre esta temática. Esta novela salió publicada en Corea el año 2012, y creo que la empecé a leer 2014, y cuando leí el primer capítulo sentí que no podía hacerlo. Pero pasó el tiempo, algunos años hasta que el editor de la editorial argentina Hwarang cuyo editor Nicolás Braessas me pidió traducir una novela sobre esta temática, por lo que volví a este libro. No volví a leer el primer capítulo que es muy duro y pude terminarla. Es una historia basada en hechos reales y cuenta cómo un ex torturador, interrumpe una sesión de tortura porque se había descubierto y saltó a los medios periodísticos la identidad del grupo secreto encargado de los apremios debido a la muerte de un joven estudiante en medio de una sesión de tortura. Se tuvieron que desintegrar y el jefe de este comando se esconde en su propia casa, en el ático durante 11 años. Entonces, es la historia del torturador en su punto máximo de su "arte" y es la historia de una decadencia, de cómo quien se creía un dios hasta convertirse en una piltrafa humana.
Creo que vale la pena porque siempre se muestra el lado de las víctimas y este es uno de los pocos libros que muestra la personalidad psicológica del victimario, y por eso creo que es un libro muy interesante ya que hace una exploración, sin querer ser sicológica sicoanalítica, es una radiografía de lo que sucede en la cabeza de estas personas que realmente demuestra lo importante que es la formación y la educación desde pequeños sobre el respeto al ser humano, quienes no reciben la educación adecuada y tienen los modelos equivocados. Este señor tiene una figura paterna muy débil, desprecia a su padre, pero elige a un padre nuevo que es el jefe de inteligencia. Lo que más aterra es que no son seres desquiciados, son seres que han sido malformados y no han recibido el suficiente amor y cariño en su infancia y han tenido los roles equivocados y hacen lo que hacen creyendo que están del lado del bien, que luchan contra el mal. Saber lo que pasa en esas cabezas es importante para evitar que ocurra en el futuro. Hay que educar que es la democracia es el único sistema, con todas sus fallas, pero es el único sistema que nos garantiza un mínimo de respeto e igualdad para todos. Los sistemas totalitarios se pueden cometer todo tipo de atrocidades y nadie se entera. Ese es el gran problema. Hay que resaltar el valor de la democracia y educar a la juventud en el valor de la democracia.

 

Los invitamos a escuchar a la periodista Vivian Lavín conversando con la académica y traductora Sunme Yoon, desde el Instituto de Literatura Coreana en Seúl.

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Fecha de emisión: 14 de junio de 2023